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Las contraseñas son la llave que abre la puerta a tu mundo digital. La seguridad de tus datos personales, cuentas bancarias, información confidencial y tu identidad en línea dependen, en gran medida, de la calidad y la robustez de las claves de acceso que eliges.
Por eso es vital que, como usuario, sepas crear y proteger contraseñas fuertes y capaces de hacer frente a posibles ataques informáticos.
La receta para una contraseña perfecta
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Debe tener 8 caracteres como mínimo, entre mayúsculas, minúsculas o símbolos. Cuanto más larga sea, más difícil será de averiguar. Pónselo todavía más complicado a los hackers evitando el uso de palabras que aparezcan en el diccionario. A la hora de recordar tus distintas claves, las reglas nemotécnicas serán tus mejores aliadas.
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El nombre de tu perro, la fecha de tu boda, el clásico “12345” o el día en que naciste serán los primeros códigos que los hackers introducirán para tratar de acceder a tus cuentas. Debes ser creativo y original. Parte de alguna frase que solo tenga sentido para ti y construye un código único añadiéndole caracteres especiales.
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No compartas tus contraseñas con nadie. Si lo haces, estarás cediendo las llaves de tu privacidad a los demás. Una clave que conocen dos o más personas ya no es un secreto.
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¿Qué pasaría si perdieras una llave maestra que abriera a la vez tu casa, tu vehículo, tu buzón de correo y tu oficina? Si utilizas solo una contraseña, estás corriendo el mismo riesgo. Si te hackean la contraseña que reutilizas para todas tus cuentas, todo tu mundo virtual estará en peligro. Para evitarlo, utiliza una contraseña distinta para cada servicio. Pon especial atención a asegurar una única contraseña para tu correo electrónico, ya que será la principal vía para restaurar tus otras contraseñas en caso de que lo necesites.
Incrementa tu seguridad todavía más
- Verificación en dos pasos. Por muy compleja que sea, una contraseña se puede robar de un modo u otro. Por eso, algunos servicios eligen añadir un doble factor de autenticación para verificar la identidad del usuario. Con este sistema, además de la contraseña, es necesario introducir un código único para poder entrar. Generalmente, este código se envía a tu teléfono móvil a través de un SMS, lo que dificulta mucho el acceso ilegítimo a tus perfiles.
- Utilizar gestores de contraseñas. Es la opción más segura para almacenar tus claves de acceso. Estas aplicaciones las guardan de manera cifrada y protegidas con una contraseña única, una llave maestra que da acceso a todas ellas. Por eso, antes de hacer uso de este tipo de servicios, asegúrate de que tu contraseña es robusta y segura. Además, se recomienda hacer copias de seguridad del fichero de claves, para evitar perder las contraseñas almacenadas.
- Preguntas de seguridad. Aunque cada vez se usan menos, algunos servicios nos dejan responder a una serie de preguntas de seguridad para recuperar nuestra contraseña. Estas preguntas acostumbran a ser tan simples que cualquier persona conocida o que haya indagado en nuestras redes sociales las podría responder. ¿Dónde nacieron tus padres? ¿Cuál es el nombre de tu primera mascota? Para mayor seguridad, encuentra una respuesta ingeniosa que sea fácil de recordar pero que solo tú puedas conocer.